domingo, 14 de octubre de 2007
Encuentros entre almas vecinas
Reflexión debida a una conversación con una compañera de trabajo:
¿Qué estamos dispuestos a hacer por las personas a las que amamos?
Muchas veces me he puesto a pensar acerca de los sacrificios que se hacen con más o menos gusto por las personas a las que amamos. Celeste, una mujer ecuatoriana que trabaja conmigo, me ha contado hoy su historia (gracias a esa conversación le he encontrado un sentido a trabajar el día de hoy). Resulta que trabajaba en Ecuador en un laboratorio oncológico con muestras de tejidos, evaluando la presencia o ausencia de tumores en los mismos o el estadio en el que se encontraban. A su marido el negocio comenzó a irle muy mal y decidió venirse para España. Dos años más tarde, con un hijo de 2 años y otro de 7, decidió acompañarlo para que la familia estuviese unida (los niños echaban de menos a su padre). Ahora, Celeste trabaja unas diez horas en una cafetería. Dice que se siente feliz porque ahora la familia está junta otra vez. Su carrera universitaria no tiene validez en España, porque aquí no existe (en la rama sanitaria están enfermería y medicina, pero ella no estudió ni lo uno ni lo otro)
Me he preguntado si su marido hubiese echo lo mismo, mudándose para trabajar en un curro de mierda, por su familia.
Entra en conflicto la famosa dicotomía en el orden de prioridades: trabajo vs vida personal. ¿Hasta qué punto debemos abandonar nuestros proyectos y sueños en cuanto a nuestra realización laboral, por nuestra familia/pareja?
Lamento decir que todavía no tengo contestación a esta pregunta. Yo siempre he pensado que no abandonaría mis sueños por nada ni nadie, porque si no acabaría sintiéndome vacía y le reprocharía sin motivos a mi pareja/familia, que no conseguí mi objetivo por su causa, cosa que no sería cierta, ya que siempre somos nosotros los que decidimos en última instancia cuál va a ser el siguiente paso. En mi caso sólo podría pensar en mi sueño de ser médico. Si para ello tuviese que irme al extranjero, por cuestiones laborales, ¿no iría porque mi pareja no desea abandonar el país? Hoy por hoy, de ningún modo. Claro que es egoísta, mas yo no concibo mi vida de otro modo. Para mí, la realización de nuestros sueños equivale a la realización del yo, y si eso falla, falla todo lo demás.
Hay gente que puede compaginarlo todo, familia feliz y trabajo en el que te realizas. Ojalá yo tenga tanta suerte.
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2 comentarios:
La suerte está para quien la buscá o la trabaja. Fué duro para ella pero ese cambio demostró su valor y su entrega incondicional.Ese es el camino, lo otro viene rodado.
Un beso princesa
Me revienta un huevo la gente que pone tildes en internet, pero no acierta una o muy pocas.
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