
He rescatado esto de un rincón de mi habitación. Es de hace varios meses, de hecho ahora que lo pienso, casi un año. Y nada, pues me ha apetecido compartirlo. Lo escribí tras un día curioso.
Suena la alarma del despertador. Abro los ojos con pesar: ya son las seis y media. Me incorporo y siento algo diferente: nubes de asfalto, paredes de aire, de piedra el corazón. No puede ser real. Esto es un sueño.
Suena la alarma del despertador, ¡joder! Otra vez lo volví a hacer. UNa nueva ocasión en la que soy consciente de estar soñando y otra vez en la que vuelvo a despertar. El reloj marca las seis y media. Bonita simetría.
Con lentitud me meto en la ducha. Mientras el agua recorre mi cuerpo, el sueño sale por encima de mi cabeza. No lo veo porque tengo los ojos cerrados mas puedo percibirlo. Siento que de mis pies salen raíces que me conectan con la Tierra. De mi cabeza parte hacia arriba un embudo que finaliza en una gran esfera, que me conecta con el cielo.
Pasa un día más. Malas noticias: he suspendido. En el coche, lloro desolada, hasta que pienso ¿cuánto puede afectar un número en mi vida? Un número no puede decidir quién soy, mi camino en este lugar, ¿o si? Decido soportar la melancolía y no rendirme.
De camino a casa, el coche se queda tirado en mitad la autopista. No es un gran día. No parece real. Amigos que hablan con las estrellas, otros con ángeles, otros con ángeles y otros que me visitan en sueños...
Es hora de detenerme, de estar aquí, en soledad. Todo es un torbellino que gira a mi alrededor: sueños, números, viajes, dinero, música, amigos, mentiras, infidelidades, injurias... ¿Quién soy? ¿Cuáles de estas cosas son reales?
Sólo una certeza descansa en mi pensamiento: estoy en mi camino. Nos conocemos. Me conozco y lo conozco. me saldré de vez en cuando, atajaré en algunas ocasiones, pero permaneceré en él. ¿y tú, te conoces? ¿conoces tu camino? ¿A qué esperas para buscarlo, para encontrarte? El universo es un misterio insondable que espera ser descubierto, ¿te unes al juego?