lunes, 26 de noviembre de 2007

Lo que se y lo mucho que no se


A ciencia cierta sé que si he aprendido algo en esta vida no ha sido en la televisión, ni de las almas mustias que un día me intentaron inculcar el sentido de sus falsas morales. Si algo sé es que bajo la sombra de un árbol con un libro en el regazo puede una aprender a valorar el silencio, el verdor de la hierba y el canto de los árboles. Que un canto de un pájaro nunca podrá ser sustituido por las tristes melodías que acompañan los medios de comunión y que junto al calor de una mano amiga se puede descubrir la fuerza que lo mueve todo. ¿Qué cosas son las que no sé, comprendo? muchas, muchísimas de hecho. Por ejemplo el temor que tenemos todos a estar solos, a oír lo que se oculta en nuestro interior; la ausencia de luchas por los ideales, la tristeza que reina en la juventud si no se haya empapada en alcohol; la falta de sentido de la vida. ¿Qué le da sentido a la vida? ¿Ante qué y por qué nos ocultamos tras una máscara?

viernes, 23 de noviembre de 2007

¿Y si me dejo llevar?


Dejarme llevar significaría elegir morir en tus brazos,
beber de tu anhelo susurrante nocturno y aspirar
el elegante perfume de tu pecho; viendo mi alma marchitarse
y expirar su último aliento con una sonrisa, con un te quiero.
Dejarme llevar implicaría vivir un sueño en la Tierra,
bucear en tus ojos negro azabache, acariciar la leve curva
de tu mejilla, perderme en las caricias...

jueves, 15 de noviembre de 2007

Fluir


Si me permito ser en estos rincones anhelantes de aventuras
acierto ver un pequeño sendero que conduce a algún lugar;
Si dejo de pensar un instante en las opciones y me paro a respirar
comprendo que ya he llegado al fin, que mi búsqueda ha concluido.
Pues lo que buscaba fuera no se encuentra si no dentro,
un profundo océano en el que me dejo fluir, sentir...
Y llego a una conclusión hacía tiempo olvidada:
la mayor aventura no es otra que el encuentro con uno mismo.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Tristeza


¿Cuáles son los límites de la tristeza?
¿Cuánto puede abarcar esta emoción,
que se extiende desde un punto en el centro
de mi pecho hasta las palmas de mis manos
y mis pies?
Comienza como un hormigueo que se expande
hasta llenarlo todo, cada rincón, cada resquicio
de alma que suplica clemencia, un atisbo de la
sonrisa que antaño iluminaba mi rostro y ahora
se haya extinta.
Y no cesa en su larga vida; una lágrima
resbala hasta mi barbilla y la sensación
no termina, otra vuelve a nacer acompañando
a la anterior. Un pozo sin fondo, vacío pero
lleno a su vez.

lunes, 5 de noviembre de 2007

Deseo


Quiero un amor que no engañe,
que no necesite un te quiero para estar junto a mí
Un amor que no jure, no ate, no mate
Que no se acabe el cariño o la libertad
Deseo una unión que no precise palabras,
cuyos gestos vayan más allá
Deseo un amor sin límites y restricciones
La fuerza de un amor que no tema el final
A la que no le importe el desengaño
porque éste no puede acontecer;
Deseo un amor que no espere,
que no pueda decepcionarse
Un amor sin imágenes o ilusiones vanas,
nacido de la unidad en vez de la necesidad.
Tal vez, el único problema de este sueño
de un alma anhelante sea ese justamente,
que anhela, desea, necesita.
Cuando acabe ese anhelo,
supongo que el tiempo y el destino
pondrán todo en su lugar.
Si es que no llego a entiender
cómo aman los humanos...