jueves, 6 de diciembre de 2007

Juicios y prejuicios


"Los prejuicios, y es bien sabido, son difíciles de erradicar del corazón de aquellos que nunca han fertilizado su educación. Crecen allí, firmes como malas hierbas entre rocas"- Charlotte Bronte
Hasta hace unos años me preocupaba lo que la gente pudiese pensar de mí. Eso de que alguien pudiese odiarme me parecía terrible. Por ello, malgastaba una cantidad ingente de energía en agradar al mayor número posible de personas. Hasta que un día meditando me di cuenta de mi error: por mucho que me esforzase, siempre habría alguien con la lengua afilada dispuesto a clavar la estaca ante las mejores intenciones. ¿Y todo para qué? Me di cuenta de que no podía caer bien a todos, y tampoco era necesario. Cuando alguien opinaba algo malo de otra persona que no se hallaba presente, o la defendía, o me callaba, o le decía que no criticase a nadie delante de mí.
"Quien esté libre de pecado, que tire la primera piedra". Como yo tengo muchos fallos, creo que carece de sentido ensalzar los fallos de los demás, pues no sirve para nada, la persona ni se va a sentir mejor, ni va a mejorar porque la critiques. Así que bueno, poco a poco dejé de emitir juicios mentales (los vocales son más fáciles) contra los demás y me embarqué en una aventura todavía más compleja: dejar de emitir juicios contra mi propia persona. En fin, con caerme bien a mí misma, amarme y no criticarme y comprenderme ya tengo bastante trabajo para toda una vida, y así sigo, trabajando duro.

5 comentarios:

TyR dijo...

¿Cómo podemos prejuzgar ? ¿Cómo emitimos un juicio si no conocemos la situación que vamos a vivir o la persona que tenemos enfrente? Desde el miedo, desde el desconocimiento y lo que es más frecuente, desde nosotros mismos, puesto que ¿qué podemos ver en las inteciones de los demás sino es lo que está o estaría en las nuestras? hace poco escribí un post en mi blog relacionado con esto, con los juicios, no sé si lo recordarás. Concluí con la frase: Al final resultará que nosotros mismos somos nuestro propio juez, reo y verdugo cuando buscamos fundamento en las obras de los demás.

Sí, tienes razón en lo que dices al final, con caernos bien a nosotros mismos, comprendernos y no criticarnos, tenemos bastante trabajo... Pero en el fondo no somos tan malos ¿ Verdad, pequeña saltamontes? como dices en tu entrada, generalmente empezamos a "preocuparnos" cuando vemos la reacción de los demás, las repercusiones de la inocencia con la que generalmente se hace todo, aunque a veces la linea entre inocencia e inconsciencia sea pequeña, al menos en mi caso.

Un abrazo muy fuerte.

carmen dijo...

Por supuesto, lo importante es estar a gusto con nosotros mismos, comprendernos y amarnos, entonces todo es más fácil y los que te rodean siempre verán quien eres realmente.
Un beso amiga :-))

Anónimo dijo...

Creo que tienes razón pero falta un punto, la autocrítica en pequeña medida nos puede ensalzar, hacer que nos amemos a nosotros mismos un leve pedazito más (aunque sea ínfimo). Una de las satisfacciones de la vida es ver cómo tu esfuerzo al final hace crecer los frutos que habías plantado, y si se abona con autocrítica constructiva, mucho mejor.
Cuando me refiero a autocrítica quiero decir algo así como marcar un punto, una forma de personalidad, moldearla correctamente para alcanzar nuestra paz interior. Parte de ella es, como bien has dicho, querernos y no hacer mucho caso a lo externo porque hay demasiada quimera en el exterior esperando a que caigamos en su boca llena de mentiras, odio y falsedad para amargarnos.
¡Un saludo! (no sé quién eres pero te conozco del blog de Ellohir)

Morgana dijo...

Gracias finglas, yo también estoy de acuerdo con la autocrítica constructiva, creo que nos sirve para crecer, madurar, nos hacemos conscientes de nuestros puntos débiles e intentamos solventarlos de la mejor manera posible.
Soy amiga de Ellohir, por cierto, nos conocimos en el instituto y estamos en la misma pandilla de amigos.
Un abrazo a todos

Anónimo dijo...

Deseo que te sea fructuoso ese trabajo, en esa decisión.... es un trabajo duro, que cansa... pero el que más recompensa...

Estoy leyendo la metafísica "ho'oponopono" que Javier (ya sabes de quién hablo :) ) me ha enviado.... Y verás que viene al 'dedillo' para esto que dices...

Otro besico más.