
A veces las personas que están más lejos
son las que se encuentran más cerca,
y aquellas que se encuentran a tu lado,
parece que están a años luz de distancia.
Y cuando te reencuentras con esos amigos tras mucho tiempo,
ves que una risa involuntaria puede arrancar de tu interior
cosas que ni siquiera sabías que existías...
Yo apuesto en este día por la terapia de la risa,
por aceptar todos nuestros problemas e incoherencias
interiores con una buena carcajada.
Porque un amigo mío me enseñó que había que bailar
y hacer las paces con el pasado, y otro me recordó ayer
que la risa cura muchos males.
¡Os doy las gracias por existir!
Que tengáis un buen día (a todos que leen estas breves
líneas escritas en un descanso entre taquiarritmias y taquicardias)