
A ciencia cierta sé que si he aprendido algo en esta vida no ha sido en la televisión, ni de las almas mustias que un día me intentaron inculcar el sentido de sus falsas morales. Si algo sé es que bajo la sombra de un árbol con un libro en el regazo puede una aprender a valorar el silencio, el verdor de la hierba y el canto de los árboles. Que un canto de un pájaro nunca podrá ser sustituido por las tristes melodías que acompañan los medios de comunión y que junto al calor de una mano amiga se puede descubrir la fuerza que lo mueve todo. ¿Qué cosas son las que no sé, comprendo? muchas, muchísimas de hecho. Por ejemplo el temor que tenemos todos a estar solos, a oír lo que se oculta en nuestro interior; la ausencia de luchas por los ideales, la tristeza que reina en la juventud si no se haya empapada en alcohol; la falta de sentido de la vida. ¿Qué le da sentido a la vida? ¿Ante qué y por qué nos ocultamos tras una máscara?